Unos investigadores de la Universidad de Buffalo han demostrado por primera vez que inyectar células madre de la médula ósea adulta en músculo esquelético puede reparar el tejido cardíaco.
Empleando un modelo animal, los investigadores han demostrado que este procedimiento no invasivo es capaz de incrementar los miocitos, o células del corazón, hasta el doble, y reducir las lesiones de tejido cardíaco en un 60 por ciento.
En las pruebas, la terapia también mejoró en un 40 por ciento la función del ventrículo izquierdo, la cámara primaria de bombeo del corazón, y redujo hasta en un 50 por ciento la fibrosis, el endurecimiento del revestimiento del corazón que merma su capacidad de contraerse.
Este trabajo, realizado por Techung Lee y su equipo, demuestra en definitiva una nueva estrategia terapéutica no invasiva, y basada en células madre mesenquimales, para tratar lesiones cardiacas, usando una vía intramuscular de suministro.
Las células madre mesenquimales están presentes en la medula ósea y pueden diferenciarse en diversos tipos de células.
En las pruebas realizadas, las inyecciones de células madre mesenquimales inyectadas, o los factores liberados por estas células, mejoraron la función ventricular, promovieron la regeneración miocárdica, disminuyeron la apoptosis (muerte celular) y otros efectos nocivos, reclutaron células progenitoras de la médula ósea, e indujeron, en el tejido muscular cardiaco, la expresión de múltiples genes de factores de crecimiento.
Las pruebas clínicas de la terapia miocárdica de células madre han dependido tradicionalmente de la inserción por cirugía de las células madre en el miocardio o en otras partes del corazón. Los métodos de esta clase son invasivos y pueden provocar la aparición de tejido cicatricial perjudicial, arritmia, y calcificación u obstrucciones de pequeños vasos sanguíneos.El próximo paso que Lee tiene en mente es emplear la ingeniería genética y farmacológica para volver más activas a las células madre, de manera que esos buenos efectos terapéuticos descritos puedan ser conseguidos con menos células.
Empleando un modelo animal, los investigadores han demostrado que este procedimiento no invasivo es capaz de incrementar los miocitos, o células del corazón, hasta el doble, y reducir las lesiones de tejido cardíaco en un 60 por ciento.
En las pruebas, la terapia también mejoró en un 40 por ciento la función del ventrículo izquierdo, la cámara primaria de bombeo del corazón, y redujo hasta en un 50 por ciento la fibrosis, el endurecimiento del revestimiento del corazón que merma su capacidad de contraerse.
Este trabajo, realizado por Techung Lee y su equipo, demuestra en definitiva una nueva estrategia terapéutica no invasiva, y basada en células madre mesenquimales, para tratar lesiones cardiacas, usando una vía intramuscular de suministro.
Las células madre mesenquimales están presentes en la medula ósea y pueden diferenciarse en diversos tipos de células.
En las pruebas realizadas, las inyecciones de células madre mesenquimales inyectadas, o los factores liberados por estas células, mejoraron la función ventricular, promovieron la regeneración miocárdica, disminuyeron la apoptosis (muerte celular) y otros efectos nocivos, reclutaron células progenitoras de la médula ósea, e indujeron, en el tejido muscular cardiaco, la expresión de múltiples genes de factores de crecimiento.
Las pruebas clínicas de la terapia miocárdica de células madre han dependido tradicionalmente de la inserción por cirugía de las células madre en el miocardio o en otras partes del corazón. Los métodos de esta clase son invasivos y pueden provocar la aparición de tejido cicatricial perjudicial, arritmia, y calcificación u obstrucciones de pequeños vasos sanguíneos.El próximo paso que Lee tiene en mente es emplear la ingeniería genética y farmacológica para volver más activas a las células madre, de manera que esos buenos efectos terapéuticos descritos puedan ser conseguidos con menos células.
GIANCARLO MALABRIGO ZAVALETA
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